lunes, 6 de febrero de 2012

Arrieros somos y en el camino andamos

Por Arturo Altamirano

Sabemos que cuando se trata de política, nada es blanco o negro, nada es bueno o malo, nada es verdad o mentira. Los polos no existen, hablamos de una zona gris, plagada de verdades y mentiras parciales.

El pasado martes 30 de enero, medios de comunicación dieron a conocer la noticia de que la PGR realizaba una investigación a los ex gobernadores priístas Manuel Cavazos, Tomás Yarrington y Eugenio Hernández por vínculos con el narcotráfico y homicidio, incluso, se emitió una alerta de migración para que se evitara que los ex funcionarios abandonaran el país, medida que derivó en que se fincara responsabilidad al comandante del aeropuerto de Tamaulipas, quien al emitir dicha alerta, se extralimitó en sus funciones.

La reacción de la bancada priísta fue calificar estos hechos como una estrategia y una guerra sucia del gobierno federal para dañar electoralmente a su partido.

Pero recordemos que las descalificaciones facciosas entre partidos en épocas electorales no es una práctica exclusiva del PAN, es una práctica tan antigua como los son los partidos, y hay que decirlo, el partido más antiguo es el PRI, prácticamente ellos la patentaron.

Sin querer descalificar el trabajo realizado por la PGR, no podemos olvidar que en pasadas gestiones relacionadas con asuntos de alto perfil político, dicha procuraduría realizó acusaciones que no estaban respaldadas con material probatorio suficiente y que derivaron en sentencias absolutorias, tal fue el caso del conocido “Michoacanazo”; de igual forma, el caso del candidato al gobierno de Quintana Roo, Gregorio Sánchez Martínez, quien absuelto de todo cargo, hoy es considerado un preso político en el sentir ciudadano quintanarroence; y cómo olvidar el caso de Andrés Manuel López Obrador, cuando quisieron desaforarlo, manipulando y distorsionando la información en torno a la expropiación de un predio en el DF.

La realidad respecto a los tres ex gobernadores priístas es que hay una investigación en curso, razón por la cual se le da publicidad es muy sencilla: estamos en época electoral, y si bien es cierto que la investigación de la PGR puede parecer una medida oportunista y electorera, también lo es el derecho a la información que, como ciudadanos votantes tenemos; los políticos son figuras públicas, cuyas vidas necesariamente deben ser una vitrina; saber qué cuentas entregó un ex gobernador que en este momento se postula para otro cargo de elección popular, sus finanzas, y si está o no sujeto a una investigación es importante y determinante, diría yo. La legitimidad, solidez y soporte de las acusaciones que hay en su contra, si las hay, no es algo que como ciudadanos nos toque calificar, pero sí es un indicio más que, al ser observado en conjunto con los demás aspectos y situaciones en torno a un candidato, nos permitirá decidir si lo premiamos con nuestro voto, o lo castigamos otorgando el voto a otro.

Cualquier ciudadano merece que sus garantías individuales estén resguardadas, esperamos que la ley se aplique sin distingo para todos, que sea imparcial y sobre todo, que ya no sea usada con fines político-electorales, por el bien de todos.

La crisis que enfrenta el país en materia de seguridad, educación, salud, y desarrollo económico es producto de 70 años de gobiernos priístas, más otros 12 años de gobiernos panistas. No podemos olvidar que somos una nación rica en recursos naturales y humanos, que tenemos el potencial para progresar. La única manera de entender estas crisis, es reconociendo que son consecuencia de malos gobiernos; y al margen de lo que opinen los mas escépticos y cínicos, el voto es el arma mas poderosa con que cuentan los ciudadanos para ejercer la democracia. //

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