lunes, 20 de febrero de 2012

Inicia la Contracolumna de José Martínez


Entrevista con el periodista y escritor

Agustín Ambriz

Hace ya varios años que conozco a José Martínez. Hace tres lustros cuando toqué por primera vez a su puerta que iba con otro colega de la revista Proceso para entrevistarlo. Concentrado siempre en el área de investigación, José terminaba de publicar la biografía de Carlos Hank González, Las enseñanzas del profesor. Un clásico de la literatura política, editado por Océano a finales de los noventa. José estaba fundido en el trabajo con Don Jesús Blancornelas en el semanario ZETA de Tijuana y publicaba su columna Contrapuntos en más de una treintena de periódicos a lo largo y ancho del país. La columna de José había surgido a partir del magnicidio de Luis Donaldo Colosio y José, de alguna manera, había mantenido una cordial amistad con el político sonorense luego de que el colega Julio Hernández López, columnista de La Jornada y gran amigo de Colosio y de José, los había presentado a mediados de los ochenta a propósito del libro Salinas, El Candidato de la Crisis que José Martínez había escrito a seis manos junto con el columnista Carlos Ramírez y el director de El Financiero Alejandro Ramos.

José y yo en poco tiempo congeniamos y al paso de los años hemos trabajado a su ritmo y con su metodología. Riguroso, exacto, metódico, disciplinado y celoso de su trabajo, así es José, así es el periodismo. Aunque ya lo venía haciendo desde hace un buen tiempo, ahora José Martínez nos acompaña como columnista en Luces del Siglo. La Contracolumna es el nombre de su espacio en estas páginas. Con el periodista y escritor conversamos sobre el papel de los medios de comunicación en el contexto actual.

– Bienvenido a estas páginas de Luces del Siglo, ¿Cuál es tú visión actual del periodismo o los medios en el país?

– En el contexto actual el papel de la prensa es muy importante. Cómo tú sabes en los últimos años he venido participando en varias organizaciones dedicadas a la defensa de la libertad de expresión, una de ellas es la Fundación para la Libertad de Expresión (FUNDALEX), soy miembro además de la Red Internacional de Periodistas de The International Center for Journalists (Centro Internacional de Periodistas) con sede en Washington y participo en algunos observatorios de medios de América Latina. Desde esta perspectiva y con base a mi experiencia como periodista a lo largo de más de tres décadas he podido constatar el nuevo papel de los medios de comunicación y de las redes sociales, por supuesto. Yo considero que la prensa en su conjunto es un instrumento indispensable para el funcionamiento de las instituciones democráticas, los periodistas ocupan ahora un papel protagónico por el poder mediático que ejercen los medios, aunque de por medio está en juego la credibilidad de éstos. Sin embargo, quiero decirte que los políticos no siempre admiten que la libertad de expresión sea una institución tan necesaria en una democracia representativa y tan constitutiva de su naturaleza como las elecciones libres. Sin duda la libertad de expresión puede ser la honrada bandera con la que los periodistas defienden no solo su oficio, sino el derecho de los ciudadanos a ser informados y el deber de los gobiernos en dar cuenta de sus actos.
“Ahora bien, quiero subrayar, que tan demagógicos son los políticos que tratan de acallar a los medios de comunicación en nombre de un supuesto interés general, administrado por ellos a sus antojos, como los periodistas que involucran la libertad de expresión para conseguir solidaridades corporativas en cuestiones que no guardan relación con una crítica del poder político ni con  la defensa de los intereses sociales, sino que sirven como pretexto para la utilización de la libertad de prensa en beneficio propio y o al servicio de terceros”.

– Indudablemente compartes la tesis del profesor español Enrique Gil Calvo, que plantea la tesis de “repensar a la prensa” a partir de las distorsiones y la manipulación de los medios…

– Claro que sí. Estoy al tanto de la prensa española y de sus teóricos y filósofos, justamente ahora participo en un gran proyecto académico de la Universidad Autónoma Metropolitana en la División de Ciencias Sociales y Humanidades, a propósito del bicentenario de la libertad de expresión con relación a la promulgación de la Constitución española por las Cortes de Cádiz. Y bien, en relación al planteamiento de repensar a la prensa, yo pienso que los medios representan hoy un poder a veces mayor que aquél que pretenden combatir; deben ser capaces de definir una moral pública conciliable con la libertad, y pasar de una ética de la oferta basada en el rechazo de la censura, a una ética de la demanda donde cabe la responsabilidad ética.

“A grosso modo puedo decirte que en México, la prensa enfrenta enormes desafíos. Por principio de cuentas, se carece de un código mínimo que guíe el ejercicio profesional, no se cuenta con órganos reguladores, las sanciones a quienes incurren en faltas graves son inexistentes. Quienes trabajamos en los medios somos miembros de la sociedad y no un poder por encima de ella. A  ella debemos rendirle cuentas. No es fácil determinar de qué manera hacerlo. No confiamos, por supuesto y con probada razón, en órganos nominados desde o vinculados al Estado. La propia naturaleza del poder, su intrínseca disposición a mantener el status quo y a sofocar la disidencia, los descartan de antemano pero sí podemos crear nuestros propios órganos de escrutinio. Nadie conoce mejor que nosotros mismos el funcionamiento y las desviaciones en el ejercicio del periodismo”.

Es reconocido el trabajo periodístico de José Martínez, dentro y fuera del país. Ha sido fundador y colaborador de importantes medios nacionales y extranjeros. Ha escrito una docena de libros sobre personajes emblemáticos de nuestro país y ha sido un asiduo crítico de los medios. Pertenece a una importante generación de reporteros, fue compañero de los mejores y más reconocidos periodistas del país, como escritor se ha ganado el respeto y el afecto de grandes escritores. Participa regularmente en conferencias dentro y fuera del país y se da tiempo de escribir libros basados en nuevas investigaciones, robándole horas a la noche. El secreto, dice, está en la disciplina y en el rigor para trabajar. Pues José, recuerda a forma de broma, algunas palabras de Ernest Hemingway: “para escribir no se necesita gran cosa: 90 por ciento de nalgas y 10 por ciento de talento”. Y claro, agrega el periodista, un buen lingotazo de güisquis, como suelen decir sus amigos el escritor Marco Aurelio Carballo y el novelista y ensayista René Avilés Fabila.

– José tú has hecho grandes amigos en la cultura y la política. Háblanos un poco de ello…

–Amigos como amigos en la política no tanto, en otras esferas de la vida pública sí… No me gustaría hacer una relatoría de ellos, pero sí tengo grandes amigos en muchos ámbitos. En un tiempo fui muy cercano a Carlos Monsiváis, incluso yo lo invité a colaborar en El Financiero donde publicó su columna Aproximaciones y Reintegros. Mi buen amigo, René Avilés por eso luego me crítica y bromea conmigo. Avilés y Monsiváis fueron buenos amigos pero luego se distanciaron. Yo presenté también al columnista Carlos Ramírez con Monsiváis. Se hicieron grandes amigos y luego se enemistaron. Ramírez fue muy severo con Monsiváis... Jesús Blancornelas fue uno de mis mejores amigos, escribió el prologó de tres libros míos. Tengo a la fecha muchos amigos del desaparecido unomásuno de Manuel Becerra Acosta, una vez al año nos reunimos para brindar por nuestra amistad. Muchos ex reporteros de Proceso, como Pepe Reveles,  Francisco Ortiz Pinchetti y otros ya fallecidos como Ignacio Ramírez, entre otros, han sido mis amigos. Por otro lado, conozco a muchísimos personajes que han conocido mi trabajo y que yo jamás me imaginaba, entre ellos Gabriel García Márquez y Mario Vargas Llosa, quienes estaban al tanto de los libros que escribí sobre Carlos Slim, el Retrato Inédito y Los Secretos del hombre más rico del mundo, otros personajes también como el filósofo Fernando Savater y Luis María Anson, miembro de la Real Academia de la Lengua Española quienes han sido muy generosos conmigo al conocer mi trabajo. Bueno, son muchos los amigos, no puedo dejar de reconocer mi amistad con el editor e impresor Armando Prida Huerta, presidente de la FUNDALEX y muchos miembros de esta fundación en varios países como el ex juez federal de Argentina, Miguel Julio Rodríguez Villafañe, y el distinguido periodista y escritor paraguayo Benjamín Fernández Bogado y muchos corresponsales extranjeros, uno de ellos Fréderic Saliba, actual corresponsal de Le Monde, uno de los 10 diarios más importantes del mundo. En fin, es larga la lista de amigos, en los que incluyo a los compañeros de Luces del Siglo, a Norma Madero y a ti, por supuesto.

“Creo que la pregunta es muy abierta y muy difícil de resumir una respuesta, pero bueno te doy esos trazos a grandes rasgos…”

– Ahora arrancas la Contracolumna en Luces del Siglo

– Sí, Norma Madero, a quien le tengo un gran afecto me invitó hace un buen tiempo. He venido colaborando con ustedes hace un rato pero ahora creo que es el momento de refrendar mi solidaridad con mi trabajo y creo que es una buena oportunidad para incorporarme a este proyecto… la Contracolumna me parece que es un buen título para un espacio periodístico, ya en alguna ocasión mi amigo Jesús Blancornelas (qepd) me decía que ya era tiempo de hacer algo así, fue cuando decidí dejar de escribir la columna Contrapuntos que tuvo buen éxito, pero mi trabajo como escritor absorbió mucho de mi tiempo, así que ahora voy a redoblar mi esfuerzo y como decía Hemingway, trabajar más horas nalga… No se trata de descubrir el hilo negro pero creo que poco a poco va a tener su propio estilo, si me preguntas cómo será, no lo podría responder ahora, pues ahora me gustar leer a columnistas españoles y argentinos que son tremendamente lúcidos, críticos, irónicos y, sobre todo, muy humorísticos, y que siembran el pánico al ridículo entre las clases influyentes, que habían permanecido públicamente intactas durante el periodo autárquico. Lamentablemente en el caso mexicano, la columna política está muy desprestigiada, todos escriben para iniciados, escriben para el poder, y yo creo que la prensa debe ser un contrapoder, eso del cuarto poder es una estupidez, así que no creo en que la columna sirva como una especie de elogios mutuos entre periodistas y políticos, se me hace algo sucio.

“Ahora está de moda la moderna columna personal, la que leemos desde el último tercio del siglo XX, la columna que los especialistas llaman ‘género de literatura menor, aunque de periodismo mayor’, por la tremenda voluntad de estilo de estos textos que son flor de un día y, al siguiente, sirven para envolver el pescado.

“De hecho, ahora son columnistas novelistas de éxito, poetas, ensayistas, filósofos y gacetilleros de raza que han encontrado en el periódico el medio de expresión más adecuado para publicar sus atractivos textos de opinión. Así, el llamado “escritor en periódicos”, es una figura de gran tradición en nuestro periodismo”.

A eso apelas en tú nuevo espacio periodístico y a establecer un diálogo con los lectores, te pregunto para concluir…

– Te voy a responder con palabras del mejor columnista que ha tenido nuestro país en las últimas décadas, don Manuel Buendía, quien solía decir que el periodista no termina de hacerse. Nuestro perfeccionamiento es brega cotidiana. Hasta el último día de nuestra existencia estaremos transformándonos. Es un mentiroso ególatra el que afirme que ya alcanzó la cumbre de su perfección y que desde ahí va a ejercer el magisterio sobre inferiores que lo rodean, o que a su torre de marfil no puede llegarle una sola amonestación, un solo señalamiento de imperfecciones.

“Buendía decía que quienes creen haber llegado a la cumbre y piensan que se podrían instalar en ella un largo tiempo, son los que están exactamente en las vísperas de comenzar su decadencia profesional. Las cumbres en el ejercicio periodístico son tan agudas como la punta de una bayoneta. Por tanto es recomendable bajarse inmediatamente de ahí para continuar el áspero camino.

“Creo Agustín, que ahora inicio uno de los ásperos caminos en el periodismo en las páginas de Luces del Siglo con la Contracolumna”.

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